Los grupos sociales ayudan a los niños y adolescentes a aprender a observarse a sí mismos y a los demás en un entorno grupal. Estas observaciones son vitales para ajustar el comportamiento para permitir que las interacciones con otros (amigos, familiares, compañeros) sean significativas y cumplan con las expectativas sociales.

Todos los participantes inscritos en grupos sociales son evaluados por edad y nivel de funcionamiento social para garantizar que se coloquen en el grupo apropiado que les proporcionará el mayor potencial de crecimiento social. Cada grupo usa un plan de estudios y conceptos específicos para las necesidades del grupo.

Los grupos sociales se reúnen una vez a la semana durante una hora clínica por sesión. Los últimos diez minutos de la sesión se pasarán con los padres y cuidadores para repasar estrategias y generalizar la información aprendida durante la sesión para continuar en otros entornos.